MIGUEL ÁNGEL EN SU ESTUDIO

Miguel Ángel en su estudio de Eugène Delacroix (1798-1863, France ...

Miguel Ángel en su estudio es un óleo sobre lienzo (40 x 32 cm) perteneciente a la categoría de retrato. Fue realizado por el artista francés Eugène Delacroix (1798 – 1863) en 1850 y, en la actualidad, se encuentra en el Museo Fabre de Montpellier.

Para comenzar, esta obra se enmarca en el final de la primera mitad del siglo XIX, lo cual resulta fundamental para comprender que nos encontramos en un momento en que, tras la Revolución de 1848, Francia había proclamado la II República, que en 1852 pasaría a convertirse en el II Imperio bajo la dirección de Napoleón III. Este acontecimiento es un suceso crucial en la historia, puesto que supuso la confirmación del triunfo de las ideas liberales de inspiración romántica en la sociedad y que, poco a poco, fueron sentando las bases hacia la modernidad. Por ello, el propio Delacroix, seguidor del espíritu romántico y habiendo presenciado los distintos episodios revolucionarios que tuvieron lugar en 1820, 1830 y 1848, vivió en primera instancia cómo la sociedad de su época estaba experimentando una gran transformación.

En este sentido, dentro del contexto revolucionario, la figura del artista se presentaba como un intérprete y un narrador de la historia. De hecho, en una época en la que toda Europa estaba viviendo una oleada de cambios sociales, políticos y económicos, el arte se planteaba como un mundo de análisis y reflexión sobre la situación contemporánea. De este modo, el artista, dotado de una inspiración y de un talento extraordinarios, tenía la misión exclusiva de emocionar con su arte, es decir, transmitir los sentimientos que la realidad de la época producía en él y provocar una reacción similar en el espectador. En palabras del propio Delacroix en su diario: 

<<El hombre inspirado, cuya conducta les parece generalmente a todos esos sabios vulgares la de un demente, se convierte, cuando tiene la pluma en la mano, en el intérprete de la verdad universal; les presta a las pasiones su idioma; seduce, emociona a los corazones, y dejas trazas imborrables en la memoria de los hombres.>>

Así pues, la realización de Miguel Ángel en su estudio en 1850 no se debe a un hecho casual ya que, en el marco de un pueblo que estaba viviendo la transición del mundo feudal del Antiguo Régimen a la sociedad de clases de la Revolución Industrial, la idea del intelecto creador comenzaba a cobrar importancia a la vez que se hacía una profunda reconsideración sobre el papel social de los artistas. Ante esta situación, se entiende la actitud reflexiva que Delacroix implanta a la figura de Miguel Ángel, quien se encuentra en un profundo acto de meditación antes de comenzar a proyectar su próxima escultura. Por ello, el retrato de Miguel Ángel sirve como alegoría sobre la importancia de la imaginación en la creación de la obra de arte, a la vez también plantea al artista como un ser dotado de un virtuosismo extraordinario que lo lleva a ser capaz de desempeñar cualquier proyecto que se proponga. Por esta razón, la elección del personaje del gran genio renacentista del Cinquecento, quien sin apenas ayuda alguna levantó la cúpula más alta del mundo en la Basílica de San Pedro del Vaticano y pintó las bellas y equilibradas imágenes de los frescos de la Capilla Sixtina, supone toda una reivindicación de la infinita capacidad creadora del artista. 

Al mismo tiempo, se debe hacer alusión al fondo en que se ambienta la pintura ya que se trata del propio taller del escultor, el lugar donde nace su producción fruto de un intenso ejercicio de habilidad y dominio de la técnica. En este sentido, la escultura de la derecha que recuerda a una Madona con el Niño o una alegoría de la fertilidad representaría, precisamente por esta atribución que se le puede dar, el rasgo casi divino que tiene el artista ya que, al igual que un dios, crea su propio mundo y lo modela a su gusto a través del arte. Por tanto, a través de un espacio sencillo en el que sólo se aprecian elementos que caracterizan el oficio artístico (una especie de cincel en el suelo, un taburete, los bloques de piedra con las esculturas talladas y apenas mucho más), Delacroix nos muestra cómo el artista es capaz de convertir uno sencillos elementos en el punto de partida tanto de las grandes obras, que se exponen en los museos y son símbolos de la historia del arte, como de los objetos producidos en los pequeños talleres artesanos y que son vendidos al por menor. 

En definitiva, Miguel Ángel en su estudio es un retrato de gran valor simbólico en tanto en cuanto significa una proclama hacia la dignificación del papel del artista como un mesías de la sociedad que actúa con la finalidad de narrador de la realidad, al tiempo que la dota de su propia visión subjetiva e individual para dar lugar a la creación de un nuevo mundo a través de su lenguaje artístico.


Comentarios

Entradas populares de este blog

EL ALMA DE LA ROSA

EL PUERTO DE SAINT-TROPEZ

PALACIO DE BELLAS ARTES DE CIUDAD DE MÉXICO