PAISAJE CON RUINAS DEL CASTILLO
Paisaje
con ruinas del castillo es un óleo sobre lienzo (60x78cm)
perteneciente a la categoría de pintura paisajista. Fue realizado por pintor
simbolista suizo Arnold Böcklin (1827 – 1901) en 1847 y, en la actualidad, se conserva
en la Nationalgalerie de Berlín.
Ante
todo, se debe remarcar la profunda influencia que el artista romántico Caspar
David Friedrich ejercerá en su obra, cuya manera de evocar el infinito universo
interior del ser humano será desarrollada por Böcklin en forma de un amplio
contenido alegórico. Así pues, la pintura de Böcklin es fruto de su deseo por
evitar la realidad, muy recargada con el realismo y el impresionismo, y la
necesidad de introducir símbolos con una importante carga de misterio,
nostalgia y fantasía; lo cual lo conecta con corrientes como el prerrafaelismo
inglés, los nazarenos alemanes y, sobre todo, el Romanticismo.
De
este modo, el tema de la ruina es empleado por el pintor suizo como un recurso
para evadirse de la realidad de su tiempo y refugiarse en paisajes apartados de
la corrupción de la sociedad. Por ello, las pinturas de Böcklin transmiten la
melancolía del artista hacia el mundo contemporáneo que busca aislarse en la
naturaleza recóndita y espontánea y, en especial, en un ambiente nocturno presentado
como un entorno idóneo para el resguarde espiritual.
En
este sentido, el panorama ruinoso permite a Böcklin hacer una denuncia de la
decadencia y pérdida de valores de la civilización moderna e industrial, donde
no existen más que ambientes pobres llenos de desolación y miseria social. Como
consecuencia, el reflejo de los últimos vestigios de un castillo se presenta
como un método para mostrar el derrumbe de un mundo que se encuentra al borde del
colapso al renegar de una base cultural y natural por encapricharse hacia el
desarrollo técnico.
Por
tanto, siguiendo la estela de obras como Abadía en el robledal de
Friedrich, Böcklin trata de plasmar la grandeza del pasado a través de las
ruinas y, al mismo tiempo, la caducidad y la fugacidad de la materia humana. De
esta forma, se sugiere que la persecución de riqueza y de prosperidad económico
es una vana ilusión ya que el tiempo domina sobre la vida humana, con lo que sólo
se puede aspirar a la felicidad del alma por medio de la simplicidad y
alejándose de la ostentación.
No
obstante, la luz del sol, abriéndose paso en el horizonte en medio del mar de
nubes, se plantea como una cierta llama de esperanza y fe en el ser humano,
pues cuenta con capacidad para resurgir de sus cenizas y reconducir su camino
antes de caer en la perdición. De este modo, apoyándose sobre el conocimiento del
pasado y la conciencia en el presente, se puede reconstruir la ruina para
recuperar el esplendor del antiguo castillo; de manera que la humanidad debe
ser capaz de rehacer su destino si se configura una sociedad plena de valores y
libre de opresiones.
En
definitiva, a través de una obra tan temprana en su carrera como Paisaje con
ruinas del castillo, frente a la irrupción de la industrialización, Böcklin
propone una reflexión clave sobre la necesidad de unos valores que renovaran la
sociedad de su época que la recondujeran en una mirada hacia la naturaleza y el
pasado cultural de Europa.
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